As our plane took off from Cartagena we were sad to leave it’s tropical weather and colorful streets, but the colorful landscapes in our trip were just beginning. Medellin had once been the most dangerous city in the world, but now things had changed and it was one of Colombia’s most important cities. Our hotel was in the city center which was great because we could walk through the streets and get something to eat right around the corner. If you’ve never been to Medellin let me tell you something about it, (after San Francisco) it’s one of the steepest cities you’ll ever go to, all the city center is ups and downs of streets filled with very tall brick buildings, but there’s something about the similarity of the buildings that makes the city look quite neat. Medellin is a very modern city, but at the same time it’s filled with trees and nature all around you. We did various activities during our stay, we were only there for three days but we decided to take out the best of it.
Firstly we visited the Plaza Botero which is famous because it has many different sculptures of the famous Colombian artist Fernando Botero who donated them so that all the city could admire his artwork. After that day we decided to take a roadtrip to Guatapé, it’s a little town an hour away from Medellin, and to be honest it was one of our trip highlights. This town is filled with color in such a way that there’s no corner unpainted or with no design, all the streets, houses and even chairs are painted in vibrant colors! Most tourists come from Medellin just to get a glance of this famous little town which we personally enjoyed so much! We walked through the streets of the town and then decided to climb the “Rock of Guatapé”, a monolith which is located just at the end of the town, you have to climb 740 steps to get to the top (to be honest the heat and humidity aren’t the best combinations in this scenario)! But it’s completely worth it once you get to see the view from the top. At the backside of the Rock there’s a view of all the lakes in Guatapé and it’s quite stunning! Later that day we went back to Medellin and had one of our best meals of our trip! Prosciutto and arugula pasta, mushroom risotto & arequipe molten cake! (To learn more about Colombia’s top restaurants and plates click here.)
The next day we decided to take the Metro Cable to see the city from above, it was quite a ride and we loved it, we got a chance to get a clearer perspective of the city & it’s layout. After that afternoon we went to the “Pueblito Paysa” and got a chance to eat some real traditional Colombian food, it was quite good and the flavors were quite different from what we expected. The morning after we had to pack our belongings and head to the airport, Bogotá was waiting for us. Medellin was completely different from what we expected but we had a very pleasant time and loved to meet this colorful and full of nature city.
Mientras nuestro avión despegaba de Cartagena nos sentíamos tristes de dejar atrás su clima tropical y sus calles coloridas, pero el color en nuestro viaje apenas estaba comenzando. Medellín había llegado a ser una de las ciudades más peligrosas del mundo, pero hoy en día las cosas habían cambiado y es una de las ciudades más importantes de este país. Nuestro hotel se encontraba en el centro de la ciudad, esto fue muy práctico ya que podíamos llegar caminando a muchos restaurantes y tiendas cerca de el. Si nunca has ido a Medellín dejame decirte que (después de San Francisco) es una de las ciudades más empinadas del mundo! Todas las calles están inclinadas hacia arriba y abajo y están atiborradas de edificios hechos de ladrillos, por lo que toda la ciudad tiene un tono uniforme de color naranja. Hicimos muchas actividades diferentes durante nuestra estancia, solo nos pudimos quedar tres días, así que le sacamos el mayor provecho posible a esos días.
Primero que nada visitamos la Plaza Botero la cual es famosa por todas las esculturas que el artista colombiano Fernando Botero donó para que los ciudadanos de Medellín pudieran admirarlas. Después ese mismo día decidimos tomar un pequeño viaje por carretera a Guatapé, es un pequeño pueblito a una hora de Medellín, y para ser honesta fue uno de los mejores lugares que visitamos. Este pequeño pueblo está lleno de color de una forma que no hay una esquina blanca, todo tiene color! Las calles, las casas, los restaurantes y hasta las sillas, todo está repleto de colores vibrantes y alegres! La mayoría de los turistas que van a Medellín intentan pasar por Guatapé para poder conocer sus famosos colores y pinturas. Caminamos por todas las calles de Guatapé y decidimos subir el “Peñón de Guatapé”, un monolito que está al final del pueblo, debes subir 740 escalones para llegar hasta arriba (y para ser honesta el calor y la humedad de Colombia no ayudó mucho en estas circunstancias)! Pero vale completamente la pena una vez que llegas hasta arriba y puedes ver la vista a tu alrededor. En la parte de atrás del Peñón puedes ver los lagos de Guatapé y todo el paisaje verde y natural que lo rodea, para ser honesta es una vista increíble. Más tarde ese mismo día en la noche regresamos a Medellín y tuvimos una de las mejores cenas de nuestro viaje! Pasta con prosciutto y arúgula, risotto de setas y volcán de arequipe! (Si quieres saber más sobre restaurantes y comida de Colombia haz click aquí.)
El día siguiente decidimos tomar el Metro Cable para conocer la ciudad desde arriba, fue una idea excelente ya que pudimos ver la ciudad de una vista mucho más clara y nos dimos una idea de qué tan grande era realmente (Medellín es enorme de verdad). En la tarde visitamos el “Pueblito Paysa” y tuvimos la oportunidad de probar comida realmente Colombiana, estuvo muy buena y los sabores no fueron nada lo que habíamos esperado, pero aún así la disfrutamos mucho. La mañana siguiente tuvimos que empacar nuestras cosas e irnos al aeropuerto ya que Bogotá nos estaba esperando. Medellín no fue para nada lo que esperamos de ella, pero nuestra estancia fue muy divertida y disfrutamos mucho ver tanto color y naturaleza juntas.